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5 aƱos de la firma del Acuerdo de Paz

No se repiten los atardeceres

La danza del rocĆ­o en las hojas

Todos los dĆ­as se ensaya un movimiento nuevo

En salones de natura.

-Piedad Morales-


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A 5 años de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia, hemos aprendido que construir paz es un camino que se vive en el día a día, lleno de movimientos cotidianos que nos permiten replantear las formas de relacionarnos e ir vivenciando acciones de cohesión social. Tejiendo los saberes, las emociones y las nuevas ideas para transformar las condiciones y modos de existencia en los territorios, desde adentro y desde abajo.


Firmar un acuerdo de paz no sólo significa contar con un plan integral (necesario) proyectado a futuro, es la manifestación de cuerpo, presencia, palabra y apertura de negociación entre lecturas distintas de mundo que permite el reconocimiento de las razones históricas, sociales, económicas y políticas de un conflicto interno y visualizar los trÔnsitos necesarios para superar las desigualdades estructurales en el país. Y sin duda, también, implica promover tejidos para la construcción local de culturas de paz, de justicia y vida digna en los territorios.


Y aunque la paz es un tema que ha generado un panorama de polarización, ha sido oportunidad de fortalecimiento de la acción social desde las mujeres, los y las jóvenes, las poblaciones rurales y urbanas, las comunidades indĆ­genas, las vĆ­ctimas del conflicto armado, los defensores de derechos humanos, las familias… para la transformación noviolenta de los conflictos en las comunidades, para potenciar un proceso de humanización y deshacer la desesperanza aprendida.


Hoy, una conciencia inquieta nos moviliza y se tejen acciones colectivas hacia alternativas de vida digna, equitativa, en libertad, hacia otras formas de hacer las cosas, maneras que acogen la noviolencia y la convivencia pacífica como filosofía y practicas de vida. Es la vivencia subjetiva, social y comunitaria del valor de la vida como objeción a la guerra y el ejercicio del derecho a no matar; fortaleciendo la confianza, la justicia y el diÔlogo como transformación cultural.


Sin embargo, es visible la necesidad de una política de paz clara y real en su ejecución y que las acciones para la implementación del acuerdo sobrepasen la voluntad política. Así como el aseguramiento de condiciones para la reparación y la no repetición.





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